"Había una vez una joven muy especial encerrada en una torre en mitad de un asolado páramo. La princesa se aburría mucho y soñaba con escapar algún día. Le hubiera gustado tener una escalera para poder huir, pero nada había a su alcance.
Un buen día paso por allí un calderero. llevaba un carromato tirado por dos burros paticojos. Al ver a la joven quedo maravillado por sus ojos. Después de horas y horas buscando una solución para hacer una escalera y poder liberarla, el calderero halló la solución, rompió unos cazos viejos que llevaba en el carromato y con paciencia y maña consiguió hacer una escalera, tan larga que casi podía rozar las nubes.
La joven se agarró con fuerza y descendió por ella. Al llegar al suelo cogió unas lascas de metal que habían sobrado al calderero y las unió con unas tiras de cuero de las correas de los burros. Forjó dos hermosas pulseras y le dio una al calderero y otra se la puso ella, "ASÍ CUANDO LA VEAS TE ACORDARÁS DE MI"
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